La obra explora las posibilidades que esta imagen tiene de aparecer sobre telas crudas que han sido sometidas a la catástrofe material: los pliegues de un drapeado, la dureza de una capa de la cera, la humedad de la goma o las trazas de la lluvia y el suelo. Mediante un proceso híbrido entre la repetición de un diagrama y su trasformación accidentada, la imagen del girasol se renueva.